Con tantas toxinas ingresando a nuestro medio ambiente todos los días, sentimos que ninguna parte de nuestras vidas es inmune a los efectos de la contaminación del agua. Desafortunadamente, tenemos peores noticias: un lugar donde debemos pensar más en la calidad del agua es en las escuelas de nuestros hijos. El primero es la preocupación por las bacterias. Un estudio de las superficies de contacto en las aulas de preescolar encontró que el 50 % de las superficies de contacto tenían el virus de la influenza A y el 22 % eran positivas para el norovirus, que puede causar gastroenteritis. ¿Dónde son más populares? Sí: cambio de fuente. Una de las razones suele ser la falta de servicios de mantenimiento y limpieza de estas fuentes.
El plomo, en particular, es una gran preocupación debido a las viejas tuberías y sistemas de metal que llevan agua a las escuelas. De las casi 11,000 escuelas analizadas en todo el país, el 44 % tenía una o más muestras de agua con concentraciones de plomo iguales o superiores a sus niveles de acción estatales, según un estudio de la Universidad de Harvard publicado en 2019. Además, la ausencia de estándares de calidad federales y estatales Los requisitos para las pruebas de agua y plomería en las escuelas significan que las escuelas pueden tener problemas no descubiertos o que los resultados de las pruebas no siempre se hacen públicos.
Para empeorar las cosas, hay una razón por la que el plomo representa un mayor peligro para la salud de los niños que de los adultos. La primera es que el plomo es bioacumulativo. Esto significa que permanece en el sistema del niño y se acumula con el tiempo. Esto se debe en parte a la incapacidad del cuerpo para distinguir el plomo del calcio.
Si bien los estudiantes que usan el agua de la escuela pueden correr el riesgo de beber contaminantes peligrosos, existen algunos pasos prácticos que las familias pueden tomar para ayudar a garantizar que los niños tengan agua segura en la escuela, uno de los cuales es el uso de botellas de agua filtrada. Simplemente envíe a sus hijos a la escuela con agua filtrada en una botella recargable. Elimina más del 99 % de los contaminantes, incluido el plomo, e incluso utiliza filtración selectiva para mantener minerales importantes como el calcio donde deberían estar.
Ya sea que la escuela de su hijo planee reabrir en las próximas semanas o meses, los padres, maestros y personal están bien preparados para continuar su educación y proteger la salud de los estudiantes y adultos en la escuela. Proteger la salud de los niños de la contaminación del agua potable es algo que ni los padres ni las escuelas pueden ignorar.
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